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Las medidas contra los visitantes revoltosos se multiplican a lo largo de Europa tras las decisiones tomadas en Venecia, Amsterdam y Praga
13 de mayo de 2024
La urbanización Binibeca Vell, ubicada en Menorca, España,se enfrenta a un dilema que pone en juego el equilibrio entre la privacidad de sus residentes y el turismo masivo, alimentado en parte por la popularidad del lugar en Instagram. Este pueblo, conocido como el "Mykonos español", destaca por su diseño reminiscente de un pueblo mediterráneo típico, pero detrás de su belleza se esconde una creciente tensión entre propietarios y visitantes.
Óscar Monge, presidente de la Comunidad de Propietarios de Binibeca Vell, ha destacado que el principal problema no son los turistas per se, sino la "falta de regulación y de respeto a los acuerdos firmados" con el Consell Insular de Menorca. Esta falta de acción por parte de las autoridades locales ha llevado a la comunidad a plantear la posibilidad de restringir el acceso al pueblo para preservar la tranquilidad que buscan sus 195 propietarios. "Nos están llevando a un conflicto ciudadano, a una problemática innecesaria", afirmó Monge, según publicó ElDiario.es.
La masificación turística no solo ha generado inconvenientes como la invasión de la privacidad, con visitantes que entran en las casas, se sientan en las sillas de los residentes y realizan fiestas en las calles, sino también problemas de mantenimiento, como la acumulación de basura.
A pesar de un convenio firmado en 2023 con el Consell Insular, que incluía limitaciones horarias para las visitas, formación de guías autorizados y un aporte de 15.000 euros anuales para la limpieza, la situación no ha mejorado. Según Monge, el acuerdo ha caducado por la pasividad de las autoridades. La directora insular de Promoción Turística, Begoña Mercadal, por otro lado, alega que fue la comunidad la que no mostró interés en renovar el convenio.
La situación de Binibeca Vell es reflejo de un debate más amplio sobre el turismo y su gestión que se extiende por toda España
La controversia se acrecienta con la aproximación de la temporada de verano, anticipada por políticas de desestacionalización turística que atraen visitantes a la isla desde finales de febrero.
Los propietarios de Binibeca Vell, alarmados por la perspectiva de alcanzar el millón de visitantes este año, se plantean medidas drásticas que incluyen el cierre del pueblo a los turistas durante ciertos periodos. Esta decisión, sin embargo, afectaría negativamente a las aproximadamente 100 familias de la región cuya economía depende del turismo. "Por supuesto que es una decisión difícil, pero nos están empujando a ello", señaló Monge, quien también esbozó la posibilidad de permitir el acceso al perímetro del pueblo, manteniendo el interior restringido.
La situación de Binibeca Vell es reflejo de un debate más amplio sobre el turismo y su gestión que se extiende por toda España y Europa. A medida que la popularidad de destinos únicos se dispara gracias a las redes sociales, las comunidades locales luchan por encontrar un equilibrio entre dar la bienvenida a los visitantes y preservar su estilo de vida y ambiente.
Entre los afectados se encuentra Luis, propietario de un bar en Binibeca Vell, quien, contrariamente a la Asociación de Propietarios, ve las restricciones horarias y los posibles cierres como un enorme perjuicio para su medio de vida. "Si no vienen turistas ¿qué hago?", expresó preocupado. La problemática innegablemente afecta a varios sectores de la economía local, presentando así un desafío complejo para autoridades, residentes y empresarios.
El principal problema no son los turistas, sino la "falta de regulación y de respeto a los acuerdos firmados" con el Consell Insular de Menorca.
En un esfuerzo por remediar la situación y alcanzar soluciones viables, los propietarios de Binibeca Vell instan al Consell Insular a celebrar reuniones para revisar y potencialmente ajustar los términos del acuerdo caído. Sin embargo, el futuro del acuerdo y de Binibeca Vell como destino turístico permanece incierto, subrayando la necesidad de una gestión turística que respete tanto la vida privada de los residentes como el desarrollo económico local.
Los destinos turísticos que implementaron medidas similares
Diversos destinos turísticos alrededor del mundo están implementando medidas restrictivas para controlar el número de visitantes, debido a diversos problemas relacionados con el turismo masivo. Estos lugares buscan preservar la calidad de vida de sus habitantes, así como mantener la sostenibilidad de sus entornos naturales y urbanos.
Ámsterdam, Venecia y Santorini entre las ciudades que buscan el equilibrio con el turismo sostenible.
En Ámsterdam, conocida por su arquitectura y su historia de innovación, se está cambiando la narrativa sobre el turismo con una campaña publicitaria directa que desalienta la llegada de turistas ruidosos. La ciudad ha limitado los recorridos por bares y prohibido el consumo de cannabis en el distrito rojo, en un esfuerzo por modificar su reputación de centro de hedonismo.
Diversas ciudades europeas implementan medidas para controlar el flujo de visitantes. Playa dorada, Lanzarote (Turismo Lanzarote).
Lanzarote, por su parte, ha sido declarada área saturada por el turismo a principios de 2023. La presidenta Dolores Corujo ha expresado el deseo de atraer un tipo de visitante que gaste más y consuma menos alcohol, buscando mejorar la calidad del turismo en la isla.
Venecia enfrenta el desafío del turismo masivo, con calles y vías acuáticas frágiles no diseñadas para el flujo constante de visitantes. La ciudad ha considerado la implementación de un impuesto turístico, postergado hasta 2024, como medida para controlar el acceso.
Los turistas se toman una selfie junto a un cartel en la Sagrada Familia en Barcelona. REUTERS/Nacho Doce REFILE - QUALITY REPEAT
Barcelona está tomando medidas para limitar el número de visitantes, con restricciones en el tamaño de los grupos turísticos y limitaciones de ruido, en un intento por preservar la calidad de vida de sus habitantes ante el reto que representa el turismo masivo.
En Santorini, ya son dos las medidas que tomaron para restringir el turismo desde 2020. (PIXABAY)
Santorini ha impuesto restricciones a los pasajeros de cruceros y ha limitado actividades turísticas que afectan el sustento de los locales, como el paseo en burros por personas que superan un peso específico, buscando equilibrar el turismo con la vida comunitaria.
Las medidas que impulsaron en la Costa Amalfitana buscan reducir el impacto del turismo diurno en esta zona de gran belleza y popularidad.
La Costa Amalfitana ha innovado con un sistema de matrículas para controlar el acceso de vehículos, alternando el ingreso según el número de placa. Esta medida busca reducir el impacto del turismo diurno en esta zona de gran belleza y popularidad.
Praga es una de las ciudades que se recorren en el circuito terrestre antes de embarcar al crucero por el Danubio (Piamonte Turismo)
Por último, debido a la alta conglomeración de turistas en la noche de Praga, el ayuntamiento de la capital checa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, propuso prohibir los "disfraces tontos" de los grupos (predominantemente británicos). Esta medida todavía no fue aprobada, pero desde la gobernación, esperan que frene a aquellos que se acercan a los bares y generan disturbios, en medio de sus despedidas de solteros.
Estas iniciativas reflejan una tendencia creciente hacia el turismo sostenible y responsable, donde el enfoque se pone en la calidad de la experiencia tanto para el visitante como para el residente, asegurando la preservación de los destinos a largo plazo.
Fuente: Infobae