Hoteles
Bravo, socio y director de Hoteles en Catella, explica las diferencias en la adaptación e innovación del sector hotelero, según el tamaño de la marca.
19 de febrero de 2025
España cerró el 2024 registrando el mejor año de su historia en cuanto a llegada de viajeros: 94 millones. Una cifra impensable si nos remontamos a 2014, cuando apenas rozábamos los 65 millones. Pero, ¿somos conscientes de lo que ha cambiado el mercado hotelero en 10 años?
La recuperación económica tras la crisis financiera y el nuevo paradigma tras el Covid-19 han provocado que nos situemos en un contexto cada vez más globalizado, donde cada vez recibimos más turismo internacional con un mayor poder adquisitivo. Todo esto nos ha llevado a registrar grandes incrementos en las tarifas de prácticamente todos los segmentos hoteleros y supone, en consecuencia, una profunda transformación del sector, estableciendo nuevas reglas del juego.
¿Quién gana y quién pierde en este contexto? Las marcas internacionales han tomado la delantera, dejando a los hoteles independientes en clara desventaja frente a las grandes cadenas que dominan el mercado. Por ese motivo, los hoteles independientes se enfrentan a un gran desafío: renovarse o quedarse atrás.
La clave está en la propuesta de valor. Ya no basta con ofrecer alojamiento; el cliente moderno busca experiencias personalizadas. Conocer en profundidad al público objetivo y adaptar la oferta a sus necesidades específicas es fundamental para diferenciarse. Atrás quedaron los tiempos en que bastaba con dirigirse a un público genérico. Hoy, la diferenciación y la especialización son imprescindibles y elementos como el diseño, la calidad del servicio y la atención al detalle juegan un papel crucial en la percepción del cliente y en su disposición a pagar un precio premium.
España, tradicionalmente reconocida como uno de los destinos turísticos más destacados, todavía tiene un amplio recorrido en términos de precio, especialmente en comparación con otros mercados competidores. Mientras que, en muchos destinos internacionales, las marcas logran justificar tarifas más altas a través de experiencias diferenciadoras y propuestas de alto valor. Por todo ello, España tiene una gran oportunidad para avanzar en el segmento de calidad superior.
Para los hoteles independientes, esta realidad supone un reto y, al mismo tiempo, una oportunidad. Las alianzas estratégicas con las grandes marcas internacionales dejan de ser una opción; ahora son una necesidad para seguir siendo competitivos en un mercado donde la experiencia del cliente está cada vez más ligada a la percepción de valor asociada a la marca. Y es que, hoy en día, la marca que respalda un hotel tiene mayor influencia en la decisión del viajero que el número de estrellas.
En definitiva, creemos que el futuro del sector hotelero en España y en el mundo pasa por adaptarse a estas dinámicas. Las marcas internacionales continuarán marcando el rumbo, y los hoteles que no se adapten, perderán competitividad. Para mantenerse en el mercado, los hoteles independientes deben aliarse con una gran marca. Se trata de un movimiento estratégico que les permitirá competir en igualdad de condiciones, superar los retos y, al fin y al cabo, aumentar su rentabilidad. Porque en el sector hotelero, más que nunca, el mensaje es claro: el que no arriesga, no gana.
Artículo de opinión escrito por Javier Bravo, socio y director de Hoteles en Catella.
Fuente: Brainsre