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El experto Joe Burger desvela en TikTok por qué es imposible hacer perder dinero a un buffet libre, por mucha hambre que tenga la gente que acude a él
9 de abril de 2024
¿Alguna vez te has preguntado cómo logran los buffets de los hoteles mantener su rentabilidad a pesar de la voracidad de muchos huéspedes? Un reciente vídeo de Joe Burger que ha capturado la atención de las redes sociales desvela las estrategias que estos establecimientos utilizan para asegurar su beneficio económico, independientemente de la cantidad de alimento que se consuma. La reducción de costes en la mano de obra se presenta como uno de los pilares fundamentales. "Mientras un camarero puede atender a 25 clientes en un restaurante común, en un buffet libre, un camarero puede llegar a atender a 200 personas en el mismo periodo de tiempo", revela el vídeo. Esta eficacia no solo optimiza el servicio, sino que también supone un ahorro considerable para el establecimiento.
Estrategias en la disposición de alimentos
La colocación estratégica de los alimentos juega un rol crucial. Los productos de menor costo se sitúan en lugares preferentes, captando inicialmente la atención del comensal, mientras que las opciones más onerosas se disponen de forma más reservada. Esta táctica, lejos de ser aleatoria, es un cuidadoso diseño para dirigir la experiencia culinaria del huésped. Otra práctica común es la presentación de ciertos platillos en vitrinas, los cuales requieren ser servidos por un cocinero. Este método no solo añade un toque de distinción al servicio, sino que también funciona como un eficaz control de las raciones. Además, se enfatiza la abundancia de pan, un alimento de bajo costo, dispuesto de manera atractiva para incentivar su consumo sobre otros productos de mayor valor.
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Porciones pequeñas y el efecto de los tres días
Las recetas que el hotel prefiere que se consuman con moderación se presentan en porciones reducidas, limitando la cantidad que el huésped puede tomar. A este conjunto de estrategias se suma el denominado "truco de los tres días", que se basa en la observación de que, tras varios días de estancia, el apetito del huésped disminuye, inclinándose por opciones más ligeras y saludables. En definitiva, los buffets de hoteles han perfeccionado un conjunto de tácticas que les permiten mantener su rentabilidad, más allá del volumen de comida que se ingiera. Desde la optimización de la mano de obra hasta el ingenioso diseño del buffet, estos establecimientos aseguran su éxito económico, ofreciendo al mismo tiempo una experiencia gastronómica aparentemente ilimitada a sus huéspedes.
Fuente: El confidencial