General
Está de moda. Se siente en el ambiente de las caóticas calles de Asunción, donde a pesar del calor agobiante, el intenso movimiento no cesa.
4 de enero de 2024
Se siente en los emprendimientos gastronómicos y hoteleros que empiezan a florecer, en las torres corporativas espejadas que se erigen por sobre la frondosa vegetación subtropical. Y se siente en las cientos de grúas de construcción que se divisan en el horizonte, levantando edificios por doquier.
Este evidente boom económico que atraviesa Paraguay, con un crecimiento promedio del 4,5% del PBI en los últimos 20 años, una inflación del 3,5%, reglas claras para inversiones y una apertura casi total de la economía, convive a su vez con la falta -a veces lacerante- de infraestructura urbana (por ejemplo, en un deficiente transporte público y calles a punto de colapsar) y una enorme deuda en materia de servicios sociales, especialmente en salud y educación.
¿Existe una migración masiva de argentinos hacia Paraguay? Con solo recorrer Asunción durante algunas horas, la percepción es que algo anda dando vueltas. Enseguida aparecen testimonios de argentinos invirtiendo aquí y allá. Sin embargo, es difícil establecer la magnitud. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde el año 2000 hasta 2020 -últimos datos disponibles-, los argentinos residentes en Paraguay pasaron de 63.006 a 99.717, muchos de ellos hijos de paraguayos residentes en la Argentina que decidieron volver a sus pagos. Como para contextualizar: en el 2000 había en nuestro país 392.992 personas de nacionalidad paraguaya y, según el último censo, ese número asciende a 900.238 personas.
"El número de argentinos que emigran a Paraguay no es sustancioso, sino que lo importante es el perfil de quienes emigran: son personas vinculadas a inversiones, a empresas, que buscan como fin los beneficios de la economía paraguaya: bajos impuestos, casi una total desregulación del trabajo, una total liberalización de la economía y una situación económica estable", resume Magdalena López, doctora en Ciencias Sociales y coordinadora del Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay (GESP) de la UBA.
De esta manera, Paraguay se revela como el destino de elección para un creciente número de argentinos, quienes optan por construir nuevas raíces en este país sudamericano. Detrás de esta migración, se encuentran relatos profundos que entrelazan la estabilidad económica -en contraposición con los vaivenes locales- con la búsqueda de oportunidades y cambios significativos en la vida de quienes deciden cruzar la frontera. Y, en todos, una sensación común: la buena predisposición de la sociedad paraguaya para abrir puertas e integrar.
Mucho de esto tiene que ver el ex ministro de Hacienda, Dionisio Borda, una figura clave que impulsó la implementación de la denominada ley "triple 10", con sus tasas impositivas uniformes del 10% que marcaron un hito singular en la región: 10% de IVA, 10% de Rentas Personales y 10% de Ganancias para empresas. Este enfoque impositivo no sólo resuena en los oídos de los empresarios, sino que también se traduce en decisiones fundamentadas en la estabilidad fiscal que ofrece Paraguay.
"La contracara del modelo paraguayo, es que entre 6 y 7 de cada 10 trabajadores son informales, hay una muy baja cobertura de salud y de jubilaciones, de hecho, hace muy poco que tienen una pensión de subsistencia para adultos mayores", concuerda Magdalena López, del GESP-UBA. "Un Estado que recauda muy poco se traduce en un vaciamiento de las arcas y en la no provisión de ningún servicio de calidad, una invisible intervención del Estado en la cuestión social", agrega. Es tan así, que el Banco Mundial advirtió durante tres años consecutivos que Paraguay debía incorporar más impuestos por los evidentes retrasos en materia de infraestructura pública, urbana y vial. "La falta de inversión hizo que la educación y la salud estén lejos de ser de calidad, ya ni siquiera como horizonte deseable, lo cual genera varios problemas: por ejemplo, cuesta encontrar gente capacitada para puestos específicos", amplía López.
Sobre este punto, además existe un problema extra: la existencia de las llamadas "universidades garage": la desregularización total de la educación se tradujo en la proliferación de centros de estudios de dudosa calidad, sin acompañamiento de un control de los títulos que se expiden. La misma situación se da en materia de salud. "No hay control de los servicios de las aseguradoras médicas privadas, el equivalente a las prepagas de la Argentina", advierte López. "No hay un Plan Médico Obligatorio, con lo cual la aseguradora puede decidir hasta dónde cubre o no, y entonces suele suceder que quienes padecen alguna enfermedad grave -como por ejemplo, cáncer- son literalmente abandonados por el servicio de salud". Por eso, a Paraguay también se lo conoce como el país de salud financiada con "polladas": las familias terminan haciendo una kermesse de comidas para poder juntar dinero y afrontar los tratamientos, algo que sucede en casi todas las clases sociales, entre docentes, incluso dueños de empresas, salvo aquellos quienes pueden emigrar para pagarse tratamientos en el exterior.
Alejandro Conti
Dueño de la representación en Asunción de marcas como La Guitarrita y Negroni, entre otras.
"Lo mejor de Paraguay es la estabilidad y la previsibilidad", apunta sin dudarlo. Y agrega que "no hay restricciones cambiarias, hay créditos a 30 años para comprarte una vivienda, también hay créditos muy accesibles para comprarte un auto". Una valoración difícil de desvincular de cierta frustración con la Argentina, aunque en el caso de Conti, su vínculo con Paraguay ya lleva muchos años.
Porteño de pura cepa -de esos que suelen decir que nunca vivirían en otro lugar que no sea la Capital-, llegó a ocupar cargos dirigenciales en la multinacional Exxon Mobil. En 1999 le ofrecieron mudarse a Honduras, como gerente general. Cuatro años después, llegó a Asunción. Y nunca más se fue. "Yo estoy muy aquerenciado acá, tengo mi grupo de amigos, jugamos dos veces por semana al fútbol y nos juntamos muy seguido", explica, sentado en el patio del local de La Guitarrita, una franquicia que abrió en 2015 para tener "una buena pizza porteña bien cerca". Conti inauguró su primer local gastronómico, una franquicia de T.G.I. Friday 's, en 2009. Desde entonces no paró de crecer de la mano del "auge" del sector y, también, de un cambio de la costumbres de los consumidores paraguayos.
"Está naciendo una clase media", analiza. "Es verdad que le falta mucha infraestructura, pero está creciendo", añade. Para Conti, la clave estuvo en que se "se pensó al país como un hub de oficinas corporativas y de convenciones y lo están logrando". "Y si bien el paraguayo es menos consumidor que, por ejemplo, el argentino, la tendencia va cambiando. Por eso hay muchos argentinos acá: son muy codiciados, vienen y enseguida consiguen empleo y estabilidad", explica. Hoy su empresa tiene nueve restaurantes y la representación de cinco marcas, con 250 empleados a cargo.
Josefina Otero Rey
Gerenta del Hotel Esplendor by Wyndham y del Dazzler de la misma cadena
Josefina arroja luz sobre la dualidad de Paraguay: impuestos bajos y desafíos sociales. "Paraguay está de moda, sobre todo por lo impositivo", confirma. Sin embargo, también reconoce las deficiencias en hospitales y escuelas. "El Estado recauda poco y entonces no se le puede pedir mucho: esto es lo bueno y lo malo de Paraguay", sentencia. Y advierte: "No tener impuestos no es necesariamente algo bueno. Hay que tener impuestos bien administrados, sin corrupción. Hay mucha inversión privada, pero muchas veces sin desarrollo que acompañe". Como ejemplo de la realidad dual que atraviesa el país, cuenta que el hotel tuvo que hacerse cargo de la reparación integral de la plaza que está detrás del edificio y que estaba totalmente abandonada.
Otero Rey llegó a Asunción en 2016, luego de un ofrecimiento de Dazzler para gerenciar su primer hotel en Paraguay. Hoy coordina a 150 empleados y maneja más de 500 habitaciones entre ambos hoteles. "De entrada me encantó la gente, son muy amorosos", recuerda, acerca de los primeros días en este país. También reconoce que se encontró con "mucho empuje" y "mucha inversión", justo cuando la hotelería en Buenos Aires no estaba atravesando un buen momento. "Acá la economía es estable y eso te permite planificar y generar más puestos de trabajo", dice. "Además, es una oportunidad para contribuir al turismo, que no está desarrollado. Falta infraestructura y promoción. Se apunta al turismo de reuniones y de espectáculos, que hoy representan el 30% del total", detalla.
Laura Telayna
Diseñadora y asesora de imagen, especializada en marcas de lujo
"A Paraguay le dicen el 'país de los contactos'", dice entre risas Laura Telayna, otra argentina desembarcada recientemente en las calurosas tierras coloradas de Asunción. Telayna es diseñadora y asesora de imagen, especializada en marcas de lujo, un rubro que estaba casi inexplorado en el país y que le permitió rápidamente acomodarse entre un selecto grupo de clientas vip. "Acá hay muchas oportunidades. Un buen contacto te abre las puertas porque todos se conocen", relata.
En 2016, de la mano de una diseñadora paraguaya, Ilse Jara, Telayna participó de tres encuentros en los que conoció a quienes serían sus futuras clientas, que suelen pagar entre 5 y 15 mil dólares por los vestidos de Jara. "Me enteré de que habían abierto el Paseo La Galería en Asunción con varias marcas de lujo. Vine en junio de 2016 por siete días y me terminé quedando un mes. Cuando regresé a Buenos Aires, enseguida tuve ganas de volver a Asunción", cuenta, en una mesa del coqueto y frondoso patio del Café de Acá.
Un año después, ya estaba instalada junto a su marido y en 2018, con los papeles en mano, creó una consultora de imagen personal y corporativa, orientada a marcas de lujo y revistas de moda. Además tiene una academia donde dicta clases de asesoría integral, estilismo, entre otras cuestiones relacionadas al rubro.
"Me parece que es un lugar tranquilo, más relajado, a pesar del tráfico (N de la R: un verdadero caos). Es más parecido a un pueblo, más familiar. Es pequeño, encajás enseguida. Son muy cálidos y además la ciudad es muy verde", resume, cuando se le pregunta por qué sigue eligiendo a Asunción para vivir. "Enseguida noté un crecimiento porque era un mercado poco explorado. El marketing acá es único, la estrategia que funciona en cualquier lado, acá no funciona: depende de quién lo usa, quién lo compra. Es 100% por influencers", revela.
Carina Codutty
Dermatóloga y médica cirujana
Llegó a Paraguay luego de que le detectaran cataratas en ambos ojos. El imprevisto de salud la obligó a frenar por un año su actividad y, entonces, en un viaje de fin de semana a Asunción percibió la posibilidad de montar un negocio en la capital paraguaya. Decidió mandarse con una franquicia de La Martina, en el (ya mítico) Shopping del Sol. Así, a sus 50 años se volvió emprendedora en tierra foránea.
El local funcionó allí hasta septiembre del 2023. Ahora se mudó a un paseo comercial al aire libre, más tranquilo y con más verde. "Estoy re feliz acá. Es otra vida, es más tranquilo", pondera. Para ella, la seguridad fue una clave para decidir mudarse a Asunción. "Podés andar a cualquier hora", asegura. "También tengo la representación de equipos médicos, participo de congresos y doy cursos. Todavía tengo que revalidar el título para ejercer, pero está en mis planes", cuenta, acerca de su futuro inmediato.
Dolores Sicco
Terapeuta
Dolores Sicco pisó Asunción por primera vez en su vida en 2011, invitada por una amiga para dar una charla sobre terapia ocupacional en la ONG más importante de Paraguay, Teletón, donde atienden de forma gratuita a más de 1600 familias con niños y niñas con distintas discapacidades que no reciben atención del Estado. "Llegué y me encantó el trabajo que estaban haciendo", dice. Tres años después, decidió radicarse en la capital paraguaya para trabajar directamente en la misma organización. "En Paraguay la primera camada de terapistas ocupacionales se recibió en 2017", revela, acerca de lo poco desarrollada que estaba la profesión.
"Había mucha gente remándola desde hacía años, pero hacía falta mucha formación", agrega. Sicco, de hecho, tiene la matrícula número 10 y redactó parte del libro en la materia del Ministerio de Salud. Hoy reparte sus días entre la intensa actividad de Teletón y su consultorio particular. "Decidí venirme porque era algo nuevo para explorar, muy desafiante, llegué y puse quinta", explica.
"Yo a usted le tengo respeto porque un paisano suyo le salvó la vida a mi hijo", le dijo uno de sus primeros pacientes, rompiendo ciertas barreras y recelos que todavía suele haber entre el pueblo paraguayo y el argentino. A diferencia de muchos otros argentinos que llegaron a Paraguay en los últimos años, que suelen hacer grupo con otros coterráneos, Sicco se metió de lleno -y de entrada- en la comunidad local. "La mayor parte de mi rutina es con paraguayos", dice. "Y fue la misma gente me facilitó esta integración", añade.
Teletón se financia con dinero de la comunidad y cuenta con tres centros de rehabilitación para niños con desafíos neuro-músculo-esqueléticos: una tarea titánica repartida entre Asunción, Minga Guazú y Coronel Oviedo. Esta realidad implica un doble esfuerzo por parte de los integrantes de la organización, no sólo para conseguir el dinero, sino para garantizar la calidad de atención. El día de recaudación -un despliegue impresionante en la TV, redes sociales y en las calles de Asunción que este año tuvo como lema "orgullosamente solidarios"- es una jornada de extrema tensión: ahí se define si consiguen o no los fondos que ascienden a poco más de 1,5 millones de dólares. De eso, depende 100% el funcionamiento y la atención de miles de personas.
María José Samaniego
Dueña del Hotel Boutique La Misión
"Paraguay tiene algo que es muy bueno, el respeto a la economía de mercado y la disciplina de su política monetaria y la fiscal; son valores que la sociedad defiende fuertemente", dice María José Samaniego, actual dueña del bellísimo hotel boutique La Misión, inaugurado en 2008. Samaniego es hija de un médico paraguayo, que estudió medicina en Argentina, se casó y allí formó su familia y su empresa. Al mismo tiempo, Samaniego concuerda con que "aún falta una mejora sustancial de los servicios públicos y en especial aquellos referidos a la salud y la educación". "Ambos temas tienen una reforma pendiente que afecta intereses políticos muy arraigados", advierte.
Amplia conocedora de la cultura paraguaya, Samaniego se considera una "enamorada de estas tierras y de su gente". "Su hospitalidad, sus aromas, su tierra colorada, una sensación de cobijamiento muy difícil de explicar, la libertad de jugar en la calle, andar a caballo...", explica. Desde ese lugar, enumera una serie de recomendaciones para quienes desean invertir allí: "Es un país bilingüe con una predominancia del idioma guaraní y tiene un pasado de guerras que marcaron profundamente su identidad; además, hay que respetarlos, valorarlos y no entrar con la mentalidad de superioridad".
A la hora de hablar de argentinos que trazaron una huella en Paraguay, es indispensable referenciar a Branko Vuckovich, un verdadero fascinado por el espíritu emprendedor de Paraguay, y ex esposo de Samaniego, con quien compartió el proyecto en sus inicios del hotel boutique La Misión. "Este es un gran país para emprender y hay mucho por hacer", sostiene Vuckovich, hoy abocado a desarrollar el sector de logística corporativa.
Vuckovich conoció por casualidad, en un almuerzo familiar, a un empresario que quería montar un emprendimiento de exportación de productos frutihortícolas desde Paraguay hacia la Argentina. Desde entonces, no paró de hacer negocios entre ambos países.
Jugador empedernido de pádel, en los años 90 llevó este deporte a Asunción y fundó 40 clubes, además de la Federación Paraguaya de Pádel. Creó, incluso, el concepto de canchas combinadas con pubs y gastronomía. Mientras tanto seguía vinculado a negocios de importación y exportación, en representación de las empresas de Bunge y Born.
"Cuando uno acomoda su economía, lo que quiere es trascender y dejar huella en lo que hace. En EEUU -donde viví durante 5 años a principios de los 2000- no iba a poder hacerlo, incluso en Argentina es muy difícil, pero en Paraguay lo vi realizable", explica. Así fue que integró diversas cámaras empresariales (como la hotelera y la influyente cámara de Anunciantes), desde donde promovió diversas políticas sectoriales y cambiarias. "Una vez que prueban de que sos honesto y no un charlatán, son muy afables. Hay un clima de negocios en Paraguay y es sencillo hacerlos. Y ellos son doers, hacedores. La gente acá no se sienta en los cafés para planificar: hacen", describe.
Fuente: La Nación