Con el tiempo, Luis Miguel, el icónico cantante conocido como "El Sol de México", ha incrementado sus demandas al momento de alojarse en hoteles, especialmente a medida que su fortuna y fama han crecido. Las particularidades de sus solicitudes se han vuelto un tema de conversación recurrente, y su última exigencia no ha pasado desapercibida.

En su más reciente gira por Europa, Luis Miguel ha decidido llevar su música a España, donde ha planificado una serie de 15 conciertos en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla. Durante esta estancia, eligió el lujoso Palacio de Sancti Petri en Chiclana de la Frontera, Cádiz, como uno de sus lugares para hospedarse. Sin embargo, no es solo su música lo que ha captado la atención de los medios, sino también sus elevadas exigencias para el personal del hotel.

Luis Miguel ha desarrollado una inclinación inusual: evita por completo pisar suelos que previamente puedan haber tocado los demás huéspedes. Esta maniática solicitud implica que, para satisfacerlo, el personal del hotel debe cubrir el suelo de su estancia con una abundante capa de sábanas. Solo de esta manera se siente satisfecho el cantante y puede convivir con el espacio del hotel.

Esta petición, aunque inusual, se adhiere a una serie de estrictas reglas de interacción que impone Luis Miguel a su entorno. Por ejemplo, sus empleados no tienen permitido mirarlo directamente a los ojos y, durante sus estadías, si no tiene acceso a su copa específica, opta por abstenerse de beber.

Estas curiosidades alimentan la leyenda del divo mexicano, cuyas excéntricas demandas no solo revelan su carácter pero también el poder que gran parte del mundo del espectáculo puede ejercer sobre el servicio hospitalario. Así, Luis Miguel sigue siendo un personaje enigmático, no solo por su talento musical, sino también por sus insólitas reglas de convivencia en los hoteles más exclusivos del mundo.

Fuente: Cipo 360