Nos invitaron a la cena show y fuimos.

Complejo cultural perfectamente diseñado, decorado y ornamentado, con adecuada y cuidada iluminación.

Recibidos por el anfitrión del lugar ingresamos para la cena de 20:30 hs

Organizado plantel de servicio y alta predisposición a la hospitalidad. Con música suave de fondo accedimos al lugar reservado.

Tomamos algunas de las opciones de la carta y comenzamos el recorrido visual ya que no hay nada para perderse de nuestra cultura e historia.

Cena servida con la pausa necesaria, la medida justa y elaboración exquisita.

Luego de finalizar esta primera parte, comienza la música en el escenario y a prepararse. Inhalar...

Excelencia con orquesta en vivo, tres parejas de baile, trajes y vestidos impecables y a vibrar. Una pieza tras otra, con puesta en escena de alto nivel, nos hacía crecer la algarabía. Show intenso y constante.

Cuando cierra el telón se llena de aplausos y nos relajamos. Respiramos nuevamente.

Pero no, se abre el telón. Nosotros estamos exhaustos.

Bien, se va la segunda. Vibrante y llena de aplausos vivimos el folklore nacional y música del altiplano. Fantástico.

Ya estabamos plenamente satisfechos y agradecidos. Doble show. Mentalmente listos para el café y luego irnos de la noche soñada.

No. Se va la tercera y el telón se corre nuevamente. Inhalamos... gran sorpresa y un broche de oro.

Lo vivirá cada uno en el lugar. Solo les decimos que, en algún momento, alguna gotita transparente caía de nuestros ojos.

Artistas, música, coreografía y vestuario fueron impecables.

Un consejo para quienes vayan a disfrutar la cena show: respirar profundamente antes de ingresar y permitir que las emociones salgan de cada uno, como una vibración de intensa felicidad.

Para ir, compartir y volver...

Viajeros, turistas, empresas, amigos, aniversarios, eventos privados fuera y dentro del complejo.

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Roberto Salvi

Director / Editor Diario del Hotelero.