Máxima de Holanda ha regresado a sus raíces argentinas para celebrar las fiestas junto a Guillermo y sus hijas en un entorno tan exclusivo como sereno. Este año, la familia real de los Países Bajos escogió la Estancia Pilpilcura, un hotel de lujo ubicado en la Patagonia argentina, como su refugio navideño. Lo más curioso del establecimiento es que es propiedad de la propia reina y sus hermanos, Juan e Inés Zorreguieta. La estancia, situada a orillas del río Pichileufú y a unos 75 kilómetros de San Carlos de Bariloche, destaca por combinar lujo y simplicidad. Con más de 3.000 hectáreas de paisajes de ensueño que incluyen cerros rocosos, cursos de agua cristalinos y vistas a los picos nevados de la Cordillera, el hotel ofrece un contacto directo con la naturaleza sin renunciar al confort. El edificio principal, de unos 1.000 metros cuadrados, cuenta con solo cinco habitaciones, manteniendo así la privacidad y exclusividad de sus huéspedes. Su decoración es minimalista, con paredes claras, suelos de madera y elementos textiles artesanales. Cada habitación está equipada con lo esencial: camas amplias cubiertas por tejidos locales, mesillas de noche de madera y lámparas de diseño sencillo. Esta estética se extiende a las áreas comunes, como el comedor, donde una chimenea siempre encendida y sillones mullidos invitan al descanso.

La familia real de Holanda, en su tradicional posado veraniego. (Gtres)

El hotel no ofrece tarifas estándar, ya que el precio varía en función de las necesidades y preferencias del grupo que se hospede. Las reservas deben hacerse para un mínimo de una semana, y los interesados deben llenar un formulario detallado para recibir un presupuesto personalizado. Aunque los precios exactos no se revelan, algunos medios locales como 'Clarín' estiman que el coste por noche puede rondar los 800 euros por persona. Uno de los mayores atractivos del lugar es su restaurante gourmet, donde los platos se elaboran con ingredientes de proximidad. Desde desayunos con repostería artesanal, jugos naturales y dulces caseros, hasta comidas y cenas elaboradas con productos frescos y locales, el establecimiento promete una experiencia gastronómica memorable.

Máxima de Holanda en el concierto de Navidad. (EFE / JEROEN JUMELET)

La Estancia Pilpilcura también ofrece múltiples actividades para quienes buscan aventura o relajación. Entre las opciones disponibles están la pesca con mosca, cabalgatas, trekking y recorridos por cuevas con pinturas rupestres. Además, los visitantes pueden disfrutar del avistamiento de fauna autóctona, como cóndores, ciervos y águilas. Máxima llegó a Argentina a principios de diciembre. Tras una breve estancia en Buenos Aires, se reunió con Guillermo y sus hijas, Amalia, Alexia y Ariane, en el aeropuerto de Ezeiza. Desde allí, volaron a la provincia de Santa Cruz y, después de pasar por El Calafate, viajaron a Bariloche para instalarse en Pilpilcura.

Los reyes Máxima y Guillermo de Holanda con sus hijos. (Gtres)

Aunque la familia real siempre intenta mantener un perfil bajo durante sus vacaciones, algunos medios locales lograron captar imágenes de la reina paseando por la zona junto a sus amigas e incluso visitando tiendas de artículos de pesca. Esto sugiere que aprovecharon su estancia para disfrutar de las actividades al aire libre que ofrece la estancia. La administración del hotel está a cargo de Marcela Cerruti, tía de Máxima, que ha mantenido el lugar en perfecto estado desde su compra en 2009. En 2018, la familia decidió renovar y ampliar las instalaciones para mejorar aún más la experiencia de los huéspedes sin perder el espíritu original del lugar. Este refugio de lujo representa un equilibrio entre la exclusividad y la conexión con la naturaleza, convirtiéndose en el escenario perfecto para que la familia real holandesa disfrute de unas Navidades tranquilas y privadas. Las imponentes vistas de la Patagonia, el servicio personalizado y la gastronomía de primera calidad hacen de la Estancia Pilpilcurá un destino soñado para quienes buscan desconectar del mundo en un entorno único.