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París 'En Rose': así es el sorprendente nuevo hotel de lujo de la ciudad de la luz

Este cóctel define la última incorporación de Maisons Pariente en el Marais, un hotel 5* gran lujo que irrumpe en el mercado hotelero de forma disruptiva.

7 de noviembre de 2023

Para su primer hotel en París, Maisons Pariente ha apuntado alto eligiendo un barrio adorado por los parisinos y viajeros de todo el mundo: el Marais. En la esquina de la rue des Archives y la rue de la Verrerie, el Grand Mazarin celebra la herencia del París eterno, el amor por las artes y el gusto por compartir.

LUJO SÍ, PERO RELAJADO

Este es el lema de este establecimiento tan esperado que está revolucionando el paisaje de la hospitalidad parisina. El espíritu de Maisons Pariente se encarna en el Grand Mazarin dentro de una visión de lujo relajada pero elegante, sencilla pero cálida, menos sofocante que los tradicionales hoteles de cinco estrellas parisinos, y completamente ajena a sus códigos. Kimberley Cohen y Leslie Kouhana, hijas de Patrick Pariente, fundador de Naf Naf, tuvieron claro el concepto a la hora de crear esta especie de casa de vacaciones para los huéspedes.


HLGM Vincent Leroux

VINCENT LEROUX

Dicho y hecho. Le Grand Mazarin resulta un lugar tan inesperado y como entrañable donde alojarse, con un jardín de invierno secreto, una piscina extraordinaria y, en resumen, un enfoque vanguardista del bienestar que resulta vibrante e íntimo. Es posible que la alegría de vivir parisina haya encontrado su nuevo epicentro, y este está libre de todos las etiquetas que acompañan al mundo del lujo.


HLGM Vincent Leroux (7)

VINCENT LEROUX

ASÍ EN EL CINE COMO EN LE MARAIS

Con un estilo visual y narrativo único, al igual que la filmografía de Wes Anderson, la decoración de Le Grand Mazarin lleva el sello de Martin Brudnizki, fundador de MBDS Design Studio en Londres, cuyo trabajo le ha valido una reputación internacional más que solvente. Con una puesta en escena que resulta de lo más original, el tradicional copia y pega que acompaña siempre el apellido 'de lujo' se ha transformado aquí en una apuesta atrevida que roza, en ocasiones, los tintes de locura, empezando por los uniformes del personal, de la diseñadora Frédérique Trou-Roy.

Se trata de unos trajes morados con una capa cerrada por dos langostas para los que la fundadora de la firma Manoush se inspiró en los porteros del Gran Hotel Budapest de Wes Anderson como una declaración de intenciones que se percibiera ya desde la entrada. Ubicado en las entrañas de un edificio histórico del siglo XIV muy cercano al ayuntamiento, el interior está inspirado en los salones literarios de la capital y acompañado por todos los tópicos parisinos inimaginables: el parquet en espiga, las camas con dosel de cama, los cuartos de baño de mármol negro y madera maciza, cuadros son de Ateliers Gohard, los tejidos de Pierre Frey y las alfombras de la fábrica Pinton.


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En todas las habitaciones, 50 habitaciones y 11 suites en total, destaca el espacio, la calidez y algo mucho más tangible, su minibar. Fieles a la tendencia de más es más, en este espacio se pueden encontrar desde productos de belleza como parches para los ojos o mascarillas hasta peluches, además de toda una selección de bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Máquina de café de Nespresso y cápsulas y agua de cortesía. Los amenities son de la firma francesa Diptyque.


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BOUBALÉ, UNA HISTORIA DE AMOR PARA COMPARTIR

El chef israelí Assaf Granit, galardonado con una estrella Michelin, ha creado en el restaurante del hotel, Boubalé, el hilo conductor de una historia de amor con la comida que se remonta a los albores de los tiempos, en la que rinde homenaje a los recuerdos de su infancia, a su herencia y a la tradición familiar que se ha perpetuado fielmente a lo largo de los siglos.Sin ser un lugar particularmente gourmet, Boubalé se atreve a lo improbable atendiendo a los códigos de Le Grand Mazarin: dar una sensualidad contemporánea a especialidades consideradas austeras, a fuerza de memoria y de talento.Y así se le dota de un audaz toque a la desconocida cocina asquenazí con platos como un extraordinario goulash servido con gnocchis en un espacio donde la mayoría de la cocina se puede maridar con la estupenda carta de cócteles.

Fuente: National Geographic